Una de las principales tareas que tenemos en esta vida es la de identificar y liberar los patrones de conductas y creencias que hemos heredado de nuestros ancestros. Nuestro linaje materno y paterno influyen notoriamente y muchas veces nos condicionan y hasta pueden distorsionar nuestra perspectiva de la vida.
No se trata solo de ideas que nos han sido transmitidas, sino de creencias, que sin darnos cuenta hemos adoptado. En muchos casos ni siquiera nos damos cuenta de que las tenemos, solo que a la hora de actuar, muy probablemente, serán ellas y no nuestras ideas las que condicionen nuestro accionar.
Nuestros padres y madres heredan todas las historias que sus antepasados no han sanado, de ahí la importancia de curar, pues, si no lo hacemos, nuestros hijos, también serán condicionados por ellas. De este modo podremos crear una nueva historia familiar, nueva vida libre de ataduras que coartan la libertad de expresión y manifestación del libre fluir de la vida; mucho más si pensamos que estos patrones no son lo que somos realmente, solo nos están privando de vivir justamente eso.
Una vez que nos hemos emancipado de esta forma de expresión, atraemos las situaciones, oportunidades, parejas, trabajo que más nos convienen. Todo en nuestra vida fluye de manera más saludable y fácil.